FUMIGACIONES:
El empleo de gases para control de plagas

La fumigación es un tratamiento de control de plagas basado en el uso de fumigantes. Un fumigante es un agente químico que, a temperatura y presión normales, se encuentra en forma gaseosa y que puede mantenerse a una concentración suficiente para eliminar las plagas.

Los fumigantes son diferentes de los humos (que son partículas sólidas dispersas en el aire) y de las nebulizaciones o aerosoles (que son partículas líquidas dispersas en el aire).

Las partículas y las gotas no penetran en las mercancías ni se difunden por el aire tan bien como los gases fumigantes.

También el término fumigación, se ha empleado durante muchos años como un genérico para definir las actividades de las compañías de control de plagas, y se las conocía como “empresas de fumigación”.

Por las características propias de los fumigantes, su utilización presenta una serie de ventajas.

Principales usos de la fumigación

Limites de la fumigación

La claridad es una de nuestras constantes, por eso es importante que nuestros clientes conozcan las características que limitan los usos de la fumigación como metodología de control de plagas: